por JoseV
Publicado 17/03/2017
Vale, me ha salido un poco gallego, pero es cierto. Y depende fundamentalmente de dos factores: el proveedor y el tipo de página.
El primero determina las tarifas con las que trabaja y el tipo de encargos que puede realizar. Algunos solo hacen trabajos simples, otros no aceptan trabajos por debajo de una cierta cantidad. En Internet te encontrarás empresas que tienen un mínimo de 3.000 o 5.000 euros. Estos son buenos proveedores, tienen claro lo que ofrecen y lo que vale. Aunque para mi gusto un poco inflexibles, porque todos los trabajos no son iguales.
El segundo punto, el tipo de página que necesitamos, es si cabe más importante. Si bien estamos en una época en la que la presión económica es muy fuerte, lo cierto es que unos trabajos toman más tiempo que otros. Veamos algunos ejemplos reales:
Pongámonos que el proveedor soy yo, que me conozco bastante bien. Si me llega un cliente que me trae contenidos, fotos, logo y le vale con una web de una página, esto le puede costar incluso menos de 100 euros. Como dice una amiga más barato que en Marruecos :-)
Ahora bien ¿qué sucede si no tiene los contenidos, si necesita alguna idea, si quiere que le ayudemos a mostrar su mejor cara y lo más importante de todo: orientar todo para que la web sea un instrumento de venta? Que vamos sumando, invertimos más tiempo, de personal más cualificado y el coste sube.
Una web básica con todas esas características se puede mover entre 500 y 1000 euros. Si añadimos programación, incorporamos módulos que ayuden a automatizar procesos, en resumen, hacemos todo lo necesario para vender más y ser más eficientes, el precupuesto normalmente se puede situar entre los 1.200 y 2.500 euros.
En cualquier caso lo fundamental en un proyecto web comercial, es crear algo que permita conseguir los objetivos. Da igual la cifra invertida si no funciona, no funciona, aunque hay bastantes más posibilidades de equivocarse con un proveedor barato.